Desde marzo de 2020 se han ido multiplicando los programas de voluntariado para llamar a personas mayores, sobre todo aquellas personas que viven en soledad no deseada, fuera de espacios residenciales.
Desde Somos Memoria nos pusimos en contacto con cinco de ellas, para ofrecerles que usaran esta plataforma como una oportunidad para que el voluntaridado que colaboraba pudiera subir aquellas historias que deberían ser recordadas.
Desde Somos Memoria hemos comprobado cómo escribir estas historias mejora la calidad de las llamadas y la conexión con los mayores. El apoyo anímico es mayor para ambas partes al ir en sus conversaciones más allá del estado de salud momentáneo, interesándose así por sus vidas, por lo que les ha importado y por los momentos felices (y no tan felices) cuyo recuerdo les transporta a otro momento vital.
Con esta misma filosofía, desde la Universidad de Granada se ha llevado a cabo un precioso proyecto, como parte de la asignatura de gimnasia rítmica de ciencias del deporte. A lo largo de los dos últimos meses, una veintena de alumnos han estado entrevistando a sus abuelos y abuelas, así como a muchas personas que viven en residencias de mayores.
A través de sus entrevistas, muchas de las cuáles encontraréis en el álbum de saberes, hemos transitado a través de historias de personas que tuvieron que emigrar para sacar adelante a sus familias en la posguerra, que sufrieron con sus hijos, y que ahora no pueden verlos todo lo que quisieran, que bailaron con las mismas canciones y que tuvieron el mismo poco tiempo para cuidar su salud y hacer deporte en la juventud.
Muchas historias coinciden que no entienden estos tiempos de enfermedad, y se preguntan si es porque vivimos tan diferente a como vivían ellos, si será porque el aire es menos puro y comemos distinto. Algunos mayores lo comparan con otras enfermedades graves que ha habido, aunque por su edad, el miedo de enfermar ahora o de estar solos en esos momentos es común a casi todos.
Muchas gracias a todos y cada una de las personas de la Universidad de Granada, a la profesora de Rueda, a las organizaciones de voluntariado por tomaros el tiempo de escribir y avanzar en este proyecto.
Gracias a cada uno de los abuelos y abuelas que habéis colaborado por conservar y compartir vuestra sabiduría.